Hummmm, Chocolate....

A mí es que el chocolate poco me gusta, no niego que de vez en cuando un poco me viene bien, pero me parece demasiado dulce. Por otra parte, el chocolate amargo me encanta, pero en pocas cantidades y bien dosificado. El chocolate blanco me parece inmundo.

Y a la hora de tomarse una buena taza de chocolate, necesito 3 litros de agua para poder bajarlo.

Por lo general lo que sucede es lo siguiente:
1. Está demasiado caliente, por lo que espero que enfríe un poco.
2. Mientras enfría, echo unos cuantos pedacitos de queso adentro de la taza.
3. Cuando ya le sale nata (sobra decir que aún sigue muy caliente) se la retiro con una cuchara y hago sopitas con el pan.
4. Con la cuchara me como el queso.
5. Cedo mi taza a mi vecino y me tomo cuanto jugo, agua ó gaseosa encuentro en la nevera, para bajar el sabor.

Eso es muy útil cuando estoy en mi casa, en compañía de familiares y amigos, en general cuando estoy en Bogotá. Pero ¿qué pasa si me sirven una taza de chocolate en...?
1. Estados Unidos: Simplemente la rechazo. Allá el "chocolate" no es otra cosa que leche caliente con syrup de chocolate, o en su defecto un nesquik mal disuelto que ha pasado unos minutos en el microondas.
2. Panamá: Lo rechazo sin pensarlo dos veces. ¿Cómo puede ser posible que tomen chocolate con semejante calor?
3. Costa Rica: Lo cambio por un café. El café de Costa Rica es más aromático y tiene mejor sabor que el renombrado "Café Sello Rojo". (Para que vean la publicidad engañosa, no puede superar todas las marcas, a menos que estemos hablando de cual cafe sabe menos)
4. España: Ahí si lo recibo. Existen dos razones básicas, la primera, es chocolate amargo por lo cual me agrada más que cualquier otro. La segunda, viene acompañado de unos churros deliciosos recién hechos con la receta original y aún tibios. Este chocolate sólo tiene un pequeñísimo problema. A pesar de ser servido en una taza, es totalmente imposible tomarlo. Es tan espeso, que ni siquiera se mueve! Y tal vez eso es lo que más me gusta.